La industria de la moda ante el COVID-19
Actualmente las industrias culturales y creativas enfrentan grandes retos y la moda no es la excepción, desafíos que los diseñadores o gerentes de marca deben comprender para poder mantenerse y crecer en el mercado.
Las industrias creativas y culturales tienen tres aspectos fundamentales como base, por un lado el carácter económico que eleva las ideas a la creación de modelos de negocios, otro es el componente tecnológico que cada día toma más fuerza, y por último propiamente la creatividad en relación directa al diseño y a la cultura. Estos tres aspectos hoy más que nunca deben fortalecerse al hacer uso de la creatividad como fuente de adaptación y flexibilización más allá de su cualidad para hacer productos y servicios relacionados a la economía naranja.
Ya antes de la presencia del COVID-19 la industria de la moda venía enfrentando grandes cambios, entre ellos la innovación responsable, que volteaba la mirada a una visión de la moda más comprometida con el ambiente y la sociedad; no es secreto el gran efecto negativo que la moda ha generado en los recursos naturales y también humanos debido a la explotación laboral. Los cambios en los últimos años en las formas de consumo y de producción han apostado a la minimización de estos impactos negativos y a la generación de valores sostenibles y responsables, tanto con nuestro planeta como con los trabajadores de esta industria.
Por otro lado la búsqueda de la identidad propia donde lo local cobra protagonismo ha estado en boga, así como también las formas de comunicación inclusivas y las tendencias de la moda de género neutro.
Hoy en día estos cambios siguen siendo elementales para la evolución de la moda como industria, sin embargo hay otros factores que este año se han sumado, entre ellos la fuerte tendencia al consumo digital ha obligado a las grandes marcas a invertir en la digitalización de sus canales de ventas y de las formas de comunicación con el cliente; comunicación que cada día se está haciendo más cercana y local, debido a que son muchas marcas que están apostando a la presencia en localidades con pequeñas tiendas que contrastan con los grandes espacios comerciales a los que ya veníamos acostumbrados.
Asimismo, hay nuevos accesorios que se suman a las tendencias de estilo, los guantes y tapabocas sin duda han tomado protagonismo como los nuevos accesorios del momento y ya podemos ver tanto en grandes casas de moda como pequeños empresarios o emprendedores cómo estas piezas se ofrecen de forma combinada junto al atuendo.
Todos estos factores resultan importantes en esta era COVID-19 pero evidentemente es la sostenibilidad la que ha tomado más fuerza hoy en día, ya el consumidor de moda piensa dos veces antes de comprar un producto y apuesta por un consumo más responsable. Conceptos como la comodidad y la versatilidad están marcando el fin del hiperconsumo que veníamos conociendo desde hace años.
También son muchas las marcas que están siendo agentes activos durante esta crisis, casas de moda como Armani tienen actualmente paralizada su próxima colección para enfocarse a la creación de material sanitario, esto sin duda será algo que el consumir sabrá apreciar a futuro.
En palabras de Donatella Versace “Muchas cosas tendrán que mirarse desde una perspectiva diferente. La estacionalidad, el tamaño de las colecciones, cómo deberán ser… La moda es el espejo de la sociedad; y si la sociedad cambia, los deseos de la gente cambiarán. Los diseñadores estamos buscando ahora cuál debe ser la dirección correcta; quizá la moda será diferente para mejor”
Melany Kors
@korsmelany